Tiempo de verdad
Otra vez el ilusorio fervor de proteger mi memoría contra la lluvia del tiempo aparece en las mañanas atado a mi almohada con el lazo de las oraciones que levanto hacia el magnánimo, pero inexistente, dios del agua que ingenuamente creo vendrá a socorrerme tan pronto haya despertado totalmente y beba el primer sorbo de café.
Quién barrerá las hojas secas tiradas por la lluvia
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